Gracias compañeros de baile!

El otro día cuando me desperté y mire el móvil como cada día para ver los emails, comentarios en las redes sociales, privados, etc. y vi ese maravilloso email de madresfera en el que me comunicaba que entraba a formar parte de esta fantástica comunidad, no me lo podía creer.

Di un grito y me puse en pie de un salto. Sí, un grito a las seis de la mañana puede sobresaltar a cualquiera y perturbar la paz de cualquier casa que sea un poco normal, pero la mía no lo es. En mi casa todo el mundo duerme como lirones, incluida la gata, menos yo. Hubo un tiempo en que lo hacía, antes de ser madre, claro está. Creo que cuando te conviertes en madre se activa una especie de interruptor que hace que por las noches duermas, (las que tenemos esa gran suerte) pero que tu cerebro esté en continua alerta.

Bueno, a lo que iba. Que no podía contener la emoción de la noticia y lo primero que hice fue entrar en mi blog y pensar: tengo que cambiar y mejorar un montón de cosas. Creo que este acontecimiento ha sido un plus de motivación que me ha hecho darle otro impulso más a esto que hago con tanto cariño para vosotros. Y sí, digo vosotros porque, aunque prácticamente va dirigido a mujeres, sé que muchos me leéis y me seguís.

Cuando empecé con el blog, no tenía nada que ver con lo que es ahora, ni en apariencia ni en contenido. Siento que he ido creciendo gracias al feedback que se crea con vosotros y el sentiros cerca hace que merezca la pena el trabajo y la dedicación que todo ello conlleva. Empecé escribiendo el primer post para ver qué pasaba y ahora mismo es mucho más lo que recibo que lo que yo os ofrezco. He crecido, aprendido, mejorado (o eso creo) y he conocido a algunas de vosotras aunque sólo sea virtualmente.

Me encanta contaros mis experiencias por si pueden serviros cuando os encontréis en situaciones similares y no voy a negar, que muchas veces escribo como terapia, para desahogarme. El hablar con total libertad de ciertos temas, emociones y sentimientos, sabiendo que estáis ahí al otro lado, me da cierta paz y tranquilidad.

Espero algún día devolveros a vosotros todo lo que hacéis por mí. Yo lo voy a intentar en medio de este baile que es mi vida y encantada de que a veces os animéis a bailar conmigo.

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