Celebrando la vida

Desde que somos padres nos encanta celebrarlo todo. Cuando ellas llegaron fuimos conscientes de las dificultades y las trabas que nos pone la vida en muchas ocasiones y nos entraron muchas ganas de dar las gracias. Y no hay mañana que no me levante dando las gracias por tener cada día una nueva oportunidad de ser feliz. Así que de un tiempo a esta parte aprovechamos cualquier excusa para bailar.

Y ¡qué mejor excusa que el cumpleaños de mis princesas!

Estuvimos barajando la opción de llevarla,s junto a sus amiguitos, a una ludoteca en la que lo pasaran genial y los papis estuviéramos despreocupados. La verdad es que es un plan perfecto para los peques ya que se lo pasan en grande y disfrutan un montón. Pero después empecé a pensar en por qué meterles en un sitio cerrado en pleno Julio teniendo la oportunidad de celebrarlo en nuestra finca al aire libre. También pensamos un poquito en los papás, ¡para qué nos vamos a engañar!, viendo que en otras ocasiones que lo hemos hecho así también disfrutan un montón. Además también queríamos celebrarlo con familiares y amigos. Así que manos a la obra a pesar de todo lo que ello supone. Es decir: ¡un “fregao” considerable! Suerte que my love se ha dedicado a ello durante muchos años y es el mejor organizador de eventos que conozco. Aún así, ya os lo he dicho en otras ocasiones (y si no lo he dicho lo hago ahora), a mí nunca me sale nada a la primera y si se puede torcer… se tuerce. Entonces os podéis imaginar que hubo algún contratiempo que otro.

Lucía quería que su fiesta fuera de la Pantera Rosa. Me volví loca buscando cositas de decoración que me pudieran llegar a tiempo para la fiesta sin ningún resultado. Así que no quedaba otra que darle a las manualidades.

En cuanto a las actividades, contábamos con la piscina y la cama elástica. Tuvimos un magnífico pintacaras y my love se encargó del tiro con arco. Todo ello amenizado con música y baile en manos del mejor abuelito del mundo.

Tanto los niños como los papás y demás familiares lo pasaron en grande, que eso era de lo que se trataba: de pasar una tarde agradable y disfrutar de los amigos.

Para terminar, siempre me gusta que los invitados se lleven algún recuerdo y esta vez hice unas tarjetas (hechas a mano, una a una) para agradecerles su compañía en un día tan especial para nosotros.

La verdad es que podemos sentirnos muy afortunados de tener a nuestro alrededor tanta gente que nos quiere y nos aprecia. No encontramos mejor manera de celebrar la vida que rodeados de personas maravillosas.

Y tú, que me estás leyendo, ¡celebra y baila! Celebra cada logro porque ha costado mucho, cada fracaso porque siempre trae consigo un aprendizaje, cada momento porque es único, cada palabra bonita, cada sonrisa… Celebra que cada día te levantas y tienes otra nueva oportunidad de ser feliz y de conseguir tus sueños… ¡Baila la vida!

¿Me sigues?