Este mundo necesita...Más Malasmadres

Este domingo pasado ha sido la carrera de Malasmadres "Yo no renuncio" por la conciliación. Me he pasado toda la mañana pegada al móvil y viendo en instagram  los stories de "malasamigas" para poder seguir lo que acontecía en Madrid.

Han florecido muchos sentimientos imposibles de explicar, algunos ni siquiera sé ponerles nombre. Lo que sí puedo explicar es la gran pena que sentí por no poder acompañarlas en persona, pero mi corazón estaba allí. Creo que este año lo he vivido con más intensidad que el anterior. El paso del tiempo, dos buenashijas y situaciones en las que te pone la vida te hacen madurar, abrir los ojos y ver otra realidad. Desde que estoy activa en las redes sociales y en el blog, he conocido gente diversa y he podido comprobar la gran variedad de opiniones y de formas de vivir la maternidad. Todo es respetable y hay millones de formas de vivirla, tantas como mamás hay en el mundo. Cada una vive la maternidad a su manera sin que nadie tenga derecho a opinar gratuitamente. Lo que a veces me choca es que estemos dentro de una lucha de igualdad y reivindicando derechos de las mujeres pero lo que queremos para nosotras no lo queremos para las demás si eso nos afecta en nuestra vida diaria.

Últimamente he estado inmersa en diferentes situaciones en las que me he dado cuenta de que la conciliación y la igualdad es aún una utopia. Y lo que es peor, es que seamos las propias mujeres las que nos pongamos barreras, impedimentos, opiniones gratuitas, etc. Tenía claro que nos queda mucho por hacer y que reivindicar, pero no tenía ni idea de que había que hacerlo también entre el sector femenino. Es una pena que pasen estas cosas porque ya bastante duro y difícil nos lo pone la sociedad para que entre nosotras nos pongamos la zancadilla en beneficio de nuestra propia situación. 

Sí, es triste pero estas cosas pasan y, por lo que he podido comprobar, bastante a menudo. Por eso no estaría de más que hubiera más Malasmadres por el mundo dispuestas a luchar por una igualdad real y para que nuestras buenashijas no tengan que seguir haciéndolo en un futuro.

Una malamadre es aquella que tiene ojeras de dormir poco, que va todo el día de cabeza, tiene tareas sin terminar, que no es perfecta ni busca serlo, que lucha por la igualdad, por la conciliación, que no renuncia a ver crecer a sus buenoshijos, y que no quiere perder su identidad como mujer. También es aquella que aprovecha las salas de espera para descansar y tener un ratito de tranquilidad, la que sueña con que sus buenoshijos se duerman pronto, la que se esconde en el baño para no ver a nadie durante unos minutos, la que esconde un par de pastillas de chocolate para comérselas cuando está sola... En fín, la que no quiere renunciar a su carrera profesional pero tampoco perderse los momentos importantes de sus hijos.
El domingo dimos un pasito más. Pero ¡queda tanto por hacer! Sólo deseo que el día de mañana mis hijas no tengan que salir a la calle a reclamar un Plan Nacional por la Conciliación.

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