Slow Move

Hay momentos en la vida que es necesario parar para recolocar. Precisamente, el otro día escuchaba un podcast de Carl Honoré titulado “Estamos corriendo por la vida, en vez de vivirla” en el que hablaba de lo rápido que vivimos  en esta sociedad tecnológica en la que lo queremos todo para ya y en la que sólo prima ser productivo y obtener el mayor beneficio (de lo que sea) en el menor tiempo posible. Es cierto que la productividad es un valor altamente positivo y que, además, se hace necesario. Pero no debemos hacerlo a costa de quitar tiempo a lo que verdaderamente lo necesita debido a su importancia.



Ese es, quizás, uno de los motivos por los que he estado un poco ausente en el blog. Necesitaba parar, valorar, recolocar y volver a conectar con aquel sentimiento o idea que me impulsó a comenzar con este proyecto tan bonito. Las prisas del día a día, la presión de publicar, las críticas hacia los post debido a que muchas veces hablo de temas delicados y alguna circunstancia más, me supuso un sentimiento de rechazo en el momento en que pensaba que debía escribir para publicar un nuevo post. Y, naturalmente, el blog no nació para eso, sino que lo creé para disfrutar compartiendo contenido con todos vosotros, mis lectores. Compartir experiencias, comentarios, tips, consejos, artículos o métodos que a mí me han funcionado y que puede que a otras personas también les funcionen o no.

Por otro lado, este 2020 se presenta con muchos cambios e incertidumbre, tanto en mi vida personal como  en la profesional. Ya os he hablado muchas veces de que soy una adicta a los cambios y no me importa dar giros radicales a mi vida si es para mejorar, pero, por otro lado, me desestabilizan un poco en lo que a emociones se refiere, por lo que requiero un periodo de adaptación para recolocar mi mente con el objetivo de que todo vuelva a encajar. Sí, aunque no lo parezca, soy muy cuadriculada para algunas cosas aunque tengo facilidad para readaptar y reconfigurar, pero me lleva mi tiempo.

Dentro de poco se va a producir uno de los muchos cambios que me esperan este año y yo creo que la idea me estaba agobiando, por eso necesitaba parar y unirme al “slow move”. Es decir, vivir lento, vivir el momento, vivir el aquí y el ahora aunque ello no quite para tener bien claras mis metas y mis objetivos. Por ello he decidido volver a la idea originaria de este blog que es compartir contenido precioso con todo aquel que esté dispuesto a leerme pero que ello no implique sentir agobios ni presiones. Simplemente hacerlo porque me hace feliz y me siento bien compartiéndolo. Escribir lo que sale de mi corazón y que lo haga cuando realmente tenga cosas bonitas que contaros. Sé que no estoy exenta de recibir críticas ante mis publicaciones y las agradeceré siempre que sean constructivas aprendiendo de ellas. Pero no quiero volver a sentir este espacio como una obligación ni una presión, que ya bastantes presiones tenemos como para encima ponernos nosotras mismas algunas más.
Aún me queda alguna decisión más por tomar al respecto. No sé si el blog cambiará de aspecto, si lo llegaré a profesionalizar… Pero lo que sí sé, es que pase lo que pase con él, nunca perderá la esencia de ese sentimiento de ilusión que me hizo comenzar.

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