Cómo diferenciar el hambre real del hambre emocional

 Hola de nuevo mis Bailarines!!

Hoy me paso por aquí con uno de los temas de los que más dudas e incertidumbres generan entre mis chicas. Como ya sabéis me dedico a ayudar a las personas a llevar un estilo de vida saludable y mejorar su condición física y su bienestar. Bien, pues uno de los temas más recurrentes es la temida ansiedad. Es cierto que siguiendo las pautas que les marco, ésta desaparece como normal general, pero hay ciertas situaciones o circunstancias que surgen en nuestra vida que hacen que la ansiedad, o el hambre emocional, se pase a saludarnos simplemente para recordarnos que no debemos bajar la guardia.

Nuestro organismo es como una montaña rusa de emociones. Unos días estamos eufóricos y otros días no os moveríamos de la cama. Por eso es importante dedicarle un tiempo a trabajar y cuidar nuestras emociones (hablaré de cómo hacerlo en otro post) y aprender a diferenciar el hambre real del hambre emocional. Cuando aparece el hambre emocional o nuestro organismo se altera, es conveniente parar, respirar y hacerse una serie de preguntas escuchando las respuestas de nuestro cuerpo. Esas preguntas pueden ser:

- ¿Qué estoy sintiendo? ¿Cómo está mi respiración?

- ¿Tengo hambre? 

- ¿En qué parte de mi cuerpo siento hambre?

- ¿De qué tengo hambre?

Una vez identifiquemos si realmente tenemos hambre real o hambre emocional, actuaremos en consecuencia. Pero para ello es importante conocer la diferencia entre hambre real y hambre emocional.

Espero que esta información te sirva para poder identificar qué tipo de hambre es la que tienes para trabajar en el hambre emocional y llegar a tenerla bajo control. Más adelante veremos qué técnicas podemos utilizar pero comenzar por pararte ante la comida y hacerte las preguntas adecuadas es, sin duda, un buena forma de empezar a tomar consciencia de nuestra ansiedad y nuestra relación con la comida. ¡Ahora no te olvides de ponerlo en práctica!

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